martes, 20 de enero de 2009

Cuando la amistad o la convivencia se rompen por cualquier causa, lo más común es la aparición de sentimientos negativos: la envidia, el rencor, el odio y el deseo de venganza, llevándonos a perder la tranquilidad y la paz interior.
Esta pérdida de la paz y la serenidad repercuten en nuestro trabajo diario y en la relación con quienes viven a nuestro alrededor. Es por esto que el perdón es el único remedio para apabullar estos sentimientos negativos que no nos dejan vivir en paz con nosotros mismos y con los demás.
El perdón oportuno y sincero es la única cura para los resentimientos, las envidias y los rencores. Es necesario recordar que estos sentimientos pueden ser mutuos debido a un malentendido. Por esto es importante perdonar aunque los otros no perdonen y así romper ese círculo vicioso comprendiendo que el amor es un sentimiento más fuerte que el odio.

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