El perdón no solamente se da con otras personas sino también con nosotros mismos, porque a veces estamos dolidos y resentidos por un acto que pudiendo controlar no lo hicimos. Estos errores nos atan a una vida miserable y nos hacen sentir despreciables frente a los demás.
Por eso es indispensable perdonarnos a nosotros mismos, y esto se hace poniendo como testigo a Dios. Debemos perdonarnos por actos que hemos cometido conciente o inconscientemente. Una vez realizado este perdón quedamos liberados de todo pensamiento malo, que nos traía dolor y sufrimiento, y que nos estaba arrastrando a una vida de miseria. En realidad nuestras desgracias son consecuencias de errores que no hemos sabido perdonarnos con anticipación.
Por eso es indispensable perdonarnos a nosotros mismos, y esto se hace poniendo como testigo a Dios. Debemos perdonarnos por actos que hemos cometido conciente o inconscientemente. Una vez realizado este perdón quedamos liberados de todo pensamiento malo, que nos traía dolor y sufrimiento, y que nos estaba arrastrando a una vida de miseria. En realidad nuestras desgracias son consecuencias de errores que no hemos sabido perdonarnos con anticipación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario